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2 Reyes 4:28-40 Nueva Biblia al Día (NBD)

28. —Fue usted quien me dijo que tendría un hijo —le dijo por fin ella—, y yo le rogué que no se burlara de mí.

29. —¡Rápido, toma mi vara! —le dijo Eliseo a Guiezi—. ¡No hables con nadie a lo largo del camino! ¡Date prisa! Al llegar, pon la vara sobre el rostro del niño.

30. Pero la madre del niño dijo:—¡Le juro que si no me acompaña, no me iré de aquí! De eso puede estar tan seguro como que el SEÑOR y usted viven.Entonces Eliseo fue con ella.

31. Guiezi fue adelante y puso la vara en el rostro del niño, pero nada ocurrió. No dio señales de vida. Regresó a encontrar a Eliseo y le dijo:—El niño aún está muerto.

32. Cuando Eliseo llegó, el niño estaba acostado, sin vida, sobre la cama del profeta.

33. Él entró, cerró la puerta y oró al SEÑOR.

34. Luego se tendió sobre el cuerpo del niño, y colocó su boca sobre la boca del niño, y sus ojos sobre los ojos del niño, y sus manos sobre las manos del niño. El cuerpo del niño comenzó a calentarse nuevamente.

35. El profeta se bajó de la cama y caminó de un lado a otro de la casa por un rato. Volvió a subir y se acostó otra vez sobre el niño. Esta vez el niño estornudó siete veces y abrió los ojos.

36. Entonces el profeta llamó a Guiezi:—Llama a la mujer —le dijo.Y cuando ella entró, Eliseo le dijo:—¡Aquí está tu hijo!

37. Ella se tiró a sus pies, tomó a su hijo, y salió.

38. Eliseo regresó a Guilgal. Había hambre en la tierra. Un día, mientras enseñaba a los jóvenes profetas, le dijo a Guiezi:—Haz un guiso para que cenen estos hombres.

39. Uno de los jóvenes fue al campo a buscar verduras y regresó con algunas calabazas silvestres, las partió y las puso en una olla, sin saber que eran venenosas.

40. Pero después que los hombres comieron un poco, gritaron:—¡Señor, el guiso de la olla es venenoso!

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