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2 Reyes 19:2-20 Nueva Biblia al Día (NBD)

2. Y mandó a Eliaquín, a Sebna y a algunos de los sacerdotes más ancianos que se vistieran de ropa áspera y fueran a ver al profeta Isaías hijo de Amoz, y le dieran este mensaje:

3. «Este es un día de tribulación, insulto y deshonra. Es como cuando un niño está a punto de nacer, pero la madre no tiene fuerzas para darlo a luz.

4. Quizás el SEÑOR tu Dios ha oído que el Rabsaces de Asiria desafió al Dios viviente, y lo castigará. Ora por los que todavía quedamos vivos».

5-6. Isaías les contestó a los mensajeros del rey: «Díganle al rey que esto es lo que el SEÑOR le manda a decir: “No te preocupes por los insultos que estos asirios han lanzado contra mí.

7. Haré que el rey de Asiria reciba malas noticias de su tierra y decida regresar; y haré que lo maten cuando llegue a su tierra”».

8. El Rabsaces asirio regresó ante su rey, y lo encontró en Libná, porque se había retirado de Laquis.

9. Poco después le llegó al rey la noticia de que el rey Tiracá, de Etiopía, venía a atacarlo. Antes de partir para hacer frente al ataque, envió este mensaje al rey Ezequías:

10. «No te dejes engañar por ese Dios en quien crees. No le creas cuando dice que nosotros no vamos a conquistar Jerusalén.

11. Tú sabes perfectamente bien lo que los reyes de Asiria han hecho dondequiera que han ido: lo han destruido completamente todo. ¿Por qué tu caso va a ser diferente?

12. ¿Han podido contra nosotros los dioses de las otras naciones: Gozán, Jarán, Résef, y los descendientes de Edén que estaban en Telasar? Todos ellos han sido destruidos por los anteriores reyes de Asiria.

13. ¿Qué le ocurrió al rey de Jamat y a los reyes de Arfad? ¿Qué le ocurrió a los reyes de Sefarvayin, Hená e Ivá?»

14. Ezequías tomó la carta que le entregaron los mensajeros de Senaquerib, la leyó y entró en el templo del SEÑOR y la extendió delante del SEÑOR.

15. Allí hizo esta oración: « SEÑOR, Dios de Israel, que te sientas en tu trono, por encima de los ángeles, sólo tú eres Dios de todos los reinos de la tierra, pues tú creaste los cielos y la tierra.

16. Inclínate, SEÑOR, y escucha, te lo ruego. Abre tus ojos, SEÑOR, y mira. Escucha a este hombre que desafía al Dios vivo.

17. SEÑOR, es cierto que los reyes de Asiria han destruido a todas esas naciones

18. y han quemado sus ídolos. Pero éstos no eran dioses. Fueron destruidos porque no eran sino ídolos de madera y de piedra, hechos por los hombres.

19. SEÑOR, Dios nuestro, te rogamos que nos salves del poder del rey de Asiria. Así todos los reinos de la tierra sabrán que solamente tú eres Dios».

20. Entonces el profeta Isaías hijo de Amoz envió este mensaje a Ezequías: «El SEÑOR, Dios de Israel dice que ha escuchado tu petición acerca de Senaquerib, rey de Asiria.

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