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2 Reyes 17:21-41 Nueva Biblia al Día (NBD)

21. Cuando el SEÑOR permitió que los israelitas no reconocieran como rey a un descendiente de David, ellos pusieron por rey a Jeroboán hijo de Nabat. Fue precisamente Jeroboán el que hizo que los israelitas cometieran el gran pecado de alejarse del SEÑOR.

22. Y el pueblo de Israel no dejó de hacer las cosas malas que Jeroboán le había enseñado,

23. hasta que el SEÑOR, finalmente, los arrojó lejos de su presencia, cumpliendo así lo que había anunciado por medio de sus siervos los profetas. Israel fue llevado cautivo a Asiria, donde está hasta estos días.

24. El rey de Asiria llevó habitantes de Babilonia, Cuta, Ava, Jamat, y Sefarvayin, y los instaló en las ciudades de Samaria, en lugar del pueblo de Israel. Los asirios, pues, tomaron posesión de Samaria y de las demás ciudades de Israel.

25. Pero como estos nuevos habitantes no adoraban al SEÑOR, él envió leones que mataron a muchos de ellos.

26. Entonces, le enviaron este mensaje al rey de Asiria: «La gente que desterró en las ciudades de Samaria no conoce las leyes del dios de esta tierra, y él ha enviado leones para que los maten».

27-28. El rey de Asiria ordenó entonces a uno de los sacerdotes exiliados de Samaria que regresara a Israel y enseñara a los nuevos residentes las leyes del Dios de la tierra. Un sacerdote, pues, regresó a Betel y enseñó a la gente de Babilonia la manera de adorar al SEÑOR.

29. Pero estos extranjeros también adoraban a sus propios dioses, a los que pusieron en los altares de las colinas, cerca de sus ciudades.

30. Los babilonios adoraban a su dios Sucot Benot; los de Cuta adoraban a su dios Nergal, los de Jamat adoraban a Asimá,

31. los aveos adoraban a Nibjaz y a Tartac, y los de Sefarvayin ofrecían en holocausto a sus hijos en los altares de sus dioses Adramélec y Anamélec.

32. A pesar de que adoraban al SEÑOR, nombraron, de entre el pueblo en general, sacerdotes que ofrecían sacrificios en los altares que habían construido en las colinas.

33. Así que, aunque adoraban al SEÑOR, siguieron manteniendo sus costumbres religiosas, tal como lo hacían cuando estaban en sus naciones de origen.

34. Todavía hacen lo mismo: siguen sus prácticas anteriores en vez de adorar en forma verdadera al SEÑOR, y obedecer las leyes que él les dio a los descendientes de Jacob (cuyo nombre más tarde le fue cambiado por el de Israel).

35-36. El SEÑOR había hecho un pacto con los israelitas, que tenía las siguientes condiciones:«No adoren a dioses paganos, ni se inclinen delante de ellos; no los alaben ni ofrezcan sacrificios. Adórenme solo a mí, que soy el SEÑOR, que los saqué de la tierra de Egipto con demostraciones grandiosas de poder.

37. Obedezcan todas las leyes que les di por escrito, y jamás adoren a otros dioses.

38. No olviden el pacto que hice con ustedes; por eso, no adoren jamás a otros dioses.

39. Adórenme solamente a mí, pues únicamente yo tengo el poder para librarlos de sus enemigos».

40. Pero no quisieron obedecer, sino que siguieron sus antiguas costumbres de adorar a dioses falsos.

41. Adoraban al SEÑOR, pero al mismo tiempo adoraban a sus ídolos. Y hasta ahora sus descendientes hacen lo mismo.

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