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1 Reyes 20:24-34 Nueva Biblia al Día (NBD)

24. Sólo que esta vez hay que poner gobernadores en vez de reyes.

25. Alista otro ejército similar al que perdiste; danos la misma cantidad de caballos, carros y hombres, y pelearemos contra ellos en las llanuras; no hay sombra de duda de que los derrotaremos».El rey Ben Adad hizo lo que ellos sugerían.

26. Al año siguiente alistó a los sirios y salió nuevamente contra Israel, esta vez en Afec.

27. El rey Acab, por su parte, conformó su ejército, estableció la línea de aprovisionamiento, y salió a ofrecer batalla; pero los israelitas parecían un par de rebaños de cabritos, en comparación con las fuerzas sirias que llenaban todo el campo.

28. Entonces un profeta se presentó ante el rey de Israel con este mensaje de parte del SEÑOR: «Por cuanto los sirios han dicho: “El SEÑOR es un Dios de las montañas y no de las llanuras”, yo te entregaré a todo este pueblo, y ustedes sabrán, sin duda alguna, de que yo soy el SEÑOR».

29. Acamparon uno frente al otro durante siete días, y en el séptimo día se inició la batalla. Los israelitas dieron muerte, en aquel día, a cien mil soldados de infantería sirio.

30. El resto huyó a refugiarse tras las murallas de Afec; pero las murallas cayeron sobre ellos y mataron a otros veintisiete mil hombres. Ben Adad huyó a la ciudad, y se escondió en una pieza interior de una de las casas.

31. Entonces sus siervos le dijeron: «Señor, hemos oído decir que los reyes de Israel son muy misericordiosos. Vistámonos con ropas ásperas, pongámonos cuerdas en el cuello y salgamos para ver si el rey Acab nos deja con vida».

32. Entonces fueron ante el rey de Israel y le suplicaron:—Tu siervo Ben Adad te manda a decir que por favor le perdones la vida.—¿Está vivo aún? —preguntó el rey de Israel—. ¡Él es mi hermano!

33. Los hombres inmediatamente se aferraron a este rayo de esperanza, y se apresuraron a responder:—¡Sí, Ben Adad es tu hermano!—Vayan y tráiganlo —les dijo el rey de Israel. Y cuando Ben Adad llegó, Acab lo invitó a subir a uno de sus carros.

34. Ben Adad le dijo:—Te devolveré las ciudades que mi padre le quitó al tuyo, para que puedas establecer puestos de comercio en Damasco, como mi padre hizo en Samaria.Acab le contestó:—Siendo así, te dejaré en libertad.De este modo Acab hizo un pacto con Ben Adad, y lo dejó ir.

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