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1 Reyes 18:21-40 Nueva Biblia al Día (NBD)

21. Una vez allí, Elías les dijo:—¿Hasta cuándo estarán ustedes vacilando entre dos opiniones? —le preguntó al pueblo—. ¡Si el SEÑOR es Dios, síganlo; pero si Baal es Dios, sigan a Baal!

22. Y añadió:—Yo soy el único profeta que queda de los profetas del SEÑOR, pero Baal tiene cuatrocientos cincuenta profetas.

23. Traigan ahora dos becerros. Los profetas de Baal pueden elegir uno de ellos, cortarlo en pedazos y ponerlo sobre la leña en el altar, pero sin encender fuego bajo la leña; yo prepararé el otro becerro y lo pondré sobre la leña, en el altar del SEÑOR, y tampoco encenderé fuego debajo.

24. Entonces ustedes oren a su dios, y yo oraré al SEÑOR. El que responda enviando fuego para encender la leña, ese es el verdadero Dios.Todo el pueblo estuvo de acuerdo en someterse a esta prueba.

25. Elías se volvió a los profetas de Baal, y les dijo:—Empiecen ustedes, pues son la mayoría. Escojan uno de los becerros, prepárenlo, y luego invoquen a su dios; pero no enciendan fuego debajo de la leña.

26. Ellos prepararon uno de los becerros y lo pusieron sobre el altar. Y estuvieron invocando a Baal toda la mañana.—Baal, óyenos —gritaban, mientras saltaban alrededor del altar que habían construido.Pero no recibieron respuesta de ningún tipo.

27. Alrededor del mediodía, Elías comenzó a burlarse de ellos:—Ustedes tienen que gritar más fuerte —les decía—. De seguro que es dios, pero tienen que llamar su atención. Quizás está conversando con alguien, o quizás está sentado meditando, o quizás está de viaje, o se ha dormido y hay que despertarlo.

28. Entonces ellos gritaron con más fuerza y, según era su costumbre, comenzaron a cortarse con cuchillos y espadas hasta chorrear sangre.

29. Gritaron toda la tarde hasta la hora del sacrificio, pero no hubo respuesta; no sucedió nada, nadie les prestó atención.

30. Entonces Elías llamó al pueblo:—Acérquense —les dijo.Y todos se acercaron mientras él reparaba el altar del SEÑOR, que estaba destruido.

31. Tomó doce piedras, una en representación de cada tribu de Israel,

32. y usó las piedras para reedificar el altar del SEÑOR. Luego cavó una zanja donde cabían unos doce litros de agua.

33. Puso la leña sobre el altar, cortó en pedazos el becerro y puso los trozos sobre la leña.—Llenen cuatro cántaros de agua —dijo— y derramen el agua sobre el becerro y la leña.Después que lo hicieron les dijo:

34. —Háganlo nuevamente—. Y ellos lo hicieron.—Háganlo una vez más —volvió a decirles.Ellos lo hicieron,

35. y el agua corrió alrededor del altar y llenó la zanja que Elías había hecho.

36. Cuando llegó la hora del acostumbrado sacrificio de la tarde, Elías se dirigió hasta el altar y oró: «SEÑOR, Dios de Abraham, Isaac e Israel, demuestra que tú eres el Dios de Israel, y que yo soy tu siervo; demuestra que yo he hecho todo esto por orden tuya.

37. SEÑOR, respóndeme. Respóndeme para que esta gente sepa que tú eres Dios, y que quieres que ellos se vuelvan a ti».

38. Entonces, repentinamente, descendió fuego del cielo y quemó el becerro, la leña, las piedras, el polvo, e hizo que se evaporara el agua que había en la zanja.

39. Y cuando los que estaban allí vieron esto, se inclinaron con sus rostros en tierra, gritando:—¡El SEÑOR es Dios! ¡El SEÑOR es Dios!

40. Entonces Elías les ordenó:—¡Agarren a todos los profetas de Baal! ¡Que ninguno escape!Ellos los atraparon a todos, y Elías los condujo al arroyo de Quisón, y allí los degolló.

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