Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

1 Reyes 13:2-21-22 Nueva Biblia al Día (NBD)

2. Luego a una orden del SEÑOR, el profeta gritó: «¡Altar, altar! El SEÑOR dice que un niño llamado Josías nacerá de la línea de David, y él sacrificará sobre ti a los sacerdotes de los santuarios de las colinas que han venido aquí a quemar incienso; y los huesos de los hombres serán quemados sobre ti».

3. Entonces, como prueba de que su mensaje era verdadero, les dio una señal ese mismo día. Les dijo: «Este altar se partirá, y las cenizas que hay sobre él serán esparcidas».

4. El rey se puso furioso con el profeta por haber dicho esto. Entonces, señalando con su brazo al profeta, gritó a sus guardias: «¡Arresten a este hombre!» Pero instantáneamente el brazo del rey quedó paralizado, de modo que no podía bajarlo.

5. En aquel mismo momento apareció una gran grieta en el altar y las cenizas se esparcieron, tal como el profeta había dicho que ocurriría, porque ésta era la prueba de que Dios estaba hablando a través de él.

6. —¡Por favor, por favor! —gritaba el rey al profeta—, ruega al SEÑOR tu Dios que restablezca mi brazo nuevamente.Entonces el profeta oró al SEÑOR, y el brazo del rey volvió a la normalidad.

7. Entonces el rey le dijo al profeta:—Ven a mi casa conmigo, reposa un poco y come algo, pues quiero darte un regalo.

8. Pero el profeta le respondió:—Aun cuando me dieras la mitad de tu palacio, no podría ir contigo; ni tampoco comeré, ni beberé agua en este lugar.

9. Porque el SEÑOR me ha dado estrictas órdenes de no comer ni beber agua mientras esté aquí, y de no regresar a Judá por el camino que vine.

10. Entonces regresó por otro camino.

11. En Betel vivía un anciano profeta. Y sus hijos fueron a casa y le contaron lo que el profeta de Judá había hecho, y lo que había dicho al rey.

12. —¿Por cuál camino se fue? —preguntó el anciano profeta.Y ellos se lo le mostraron.

13. —Rápido, ensíllenme el burro —dijo el hombre.Y cuando ellos lo ensillaron,

14. él cabalgó para ir a alcanzar al profeta, y lo encontró sentado debajo de una encina.—¿Eres tú el profeta que vino de Judá? —le preguntó.—Sí —le contestó—, yo soy.

15. Entonces el anciano le dijo al profeta:—Ven a mi casa y come conmigo.

16-17. —No —respondió—, no puedo; porque no puedo comer ni beber nada en Betel. El SEÑOR estrictamente me prohibió que lo hiciera; y también me dijo que no regresara a casa por el mismo camino que vine.

18. Pero el anciano le dijo:—Yo también soy profeta como tú; y un ángel, por orden del SEÑOR, me dijo que debía llevarte a casa conmigo y darte alimento y agua.Pero el anciano mentía.

19. Entonces regresaron juntos, y el profeta comió y bebió en casa del anciano.

20. Repentinamente, mientras estaban sentados a la mesa, le llegó un mensaje del SEÑOR al anciano,

21-22. y le gritó al profeta de Judá:—El SEÑOR dice que por cuanto has sido desobediente a su claro mandato, y has venido aquí, y has comido y bebido agua en el lugar que él te dijo que no lo hicieras, tu cuerpo no será sepultado junto al de tus padres.

Leer capítulo completo 1 Reyes 13