26. Salomón edificó un gran establo para sus caballos, en el cual metió un gran número de carros de guerra y caballos. Llegó a tener mil cuatrocientos carros y doce mil caballos, que mantenía en sus caballerizas y en Jerusalén.
27. La plata era tan común como las piedras en Jerusalén en aquellos días, y el cedro no tenía más valor que el sicómoro común.
28. Los caballos de Salomón eran traídos de Egipto y de Cilicia, donde sus agentes los compraban al por mayor.
29. Un carro egipcio entregado en Jerusalén costaba seiscientas piezas de plata, y los caballos, ciento cincuenta. Luego muchos de éstos eran vendidos a los reyes de los hititas y de los sirios.