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1 Reyes 1:37-46-47 Nueva Biblia al Día (NBD)

37. Quiera el SEÑOR estar con Salomón como ha estado con usted, y quiera Dios que el reino de Salomón sea aún más grande que el del rey.

38. Entonces el sacerdote Sadoc, el profeta Natán, Benaías y la guardia personal de David llevaron a Salomón a Guijón, cabalgando sobre la mula de David.

39. En Guijón, Sadoc tomó el cuerno de aceite sagrado del santuario y lo derramó sobre Salomón. Luego hicieron sonar las trompetas, y todo el pueblo aclamó: «¡Viva el rey Salomón!»

40. Todos regresaron con Salomón a Jerusalén, celebrando gozosamente y con mucho alboroto.

41. Cuando Adonías y sus invitados estaban terminando su banquete, oyeron la conmoción y los gritos.—¿Qué es lo que pasa? —preguntó Joab—. ¿Por qué hay tanto alboroto en la ciudad?

42. Y mientras aún hablaba, Jonatán, el hijo del sacerdote Abiatar, llegó corriendo.—¡Pasa! —le dijo Adonías—. Tú eres un buen hombre, y debes tener buenas noticias.

43. —Nuestro señor, el rey David, ha proclamado como rey a Salomón —gritó Jonatán—.

44-45. El rey lo envió a Guijón con el sacerdote Sadoc, el profeta Natán y Benaías, protegido por la misma guardia personal del rey. Salomón cabalgaba en la mula del rey. Sadoc y Natán lo han ungido como nuevo rey. Acaban de regresar, y toda la ciudad está celebrando y regocijándose por el hecho. A eso se debe todo este alboroto.

46-47. Salomón está sentado en el trono, y todo el pueblo está felicitando al rey David y diciéndole: “¡Que Dios te bendiga aún más a través de Salomón, de lo que te ha bendecido personalmente! ¡Que Dios haga el reino de Salomón aún más grande que el del rey!” Y David se inclinó en su cama

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