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1 Crónicas 9:12-28 Nueva Biblia al Día (NBD)

12. Otros que regresaron, fueron: Adaías hijo de Jeroán, hijo de Pasur, hijo de Malquías; Masay hijo de Adiel, hijo de Jazera, hijo de Mesulán, hijo de Mesilemit, hijo de Imer.

13. En total regresaron mil setecientos sesenta sacerdotes.

14-16. Entre los levitas que regresaron estaban: Semaías hijo de Jasub, hijo de Azricán, hijo de Jasabías, el cual era descendiente de Merari; Bacbacar, Heres, Galal, Matanías hijo de Micaías, hijo de Zicrí, hijo de Asaf; Abdías hijo de Semaías, hijo de Galal, hijo de Jedutún; y Berequías hijo de Asá, hijo de Elcaná, que vivía en la región de los netofatitas.

17-18. Los porteros fueron: Salún (jefe de los porteros), Acub, Talmón, Ajimán y sus parientes. Todavía tienen la responsabilidad de la puerta del este, correspondiente al palacio real.

19. Los antepasados de Salún fueron Coré, Ebiasaf y Coré. Salún y sus parientes, que son los coreítas, estaban a cargo de los sacrificios y de la protección de la Tienda de reunión, tal como sus antepasados habían ejercido la vigilancia del santuario del SEÑOR.

20. Finés hijo de Eleazar, fue el primer director de esta organización en tiempos antiguos, y el SEÑOR estaba con él.

21. En ese tiempo, Zacarías hijo de Meselemías, era responsable de la protección de la entrada de la Tienda de reunión.

22. En aquellos días había doscientos doce porteros, y fueron seleccionados en sus propios pueblos, sobre la base de sus genealogías. Sus nombramientos los hacía David, junto con Samuel, considerando los que eran dignos de confianza.

23. Tanto ellos como sus descendientes estaban a cargo del santuario del SEÑOR.

24. Eran designados para cada uno de los cuatro puntos cardinales: este, oeste, norte y sur.

25. Y los parientes que vivían en los pueblos venían para ayudarlos por siete días. Así que cada siete días se cambiaban los grupos.

26. Los grupos de cuatro porteros, todos levitas, tenían un puesto de gran responsabilidad, por cuanto tenían a su cargo los aposentos y los tesoros del santuario de Dios.

27. A causa de la importancia del cargo que desempeñaban, vivían cerca del santuario, y abrían sus puertas todas las mañanas.

28. Algunos tenían la responsabilidad de cuidar las diversas vasijas que se usaban en el sacrificio y la adoración; las tenían que contar cuando las sacaban y al volverlas a guardar, para evitar pérdidas.

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