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1 Crónicas 29:3-16 Nueva Biblia al Día (NBD)

3. Y, fuera de todo esto, por amor al templo de Dios, ahora entrego todos mis tesoros privados para ayudar a la edificación.

4-5. Estas contribuciones personales consisten en cien mil kilos de oro de Ofir, y doscientos treinta mil kilos de plata pura destinada a recubrir las paredes de las edificaciones, y para los artículos de oro y plata, y para cualquier otro trabajo que se requiera. Ahora, pues, ¿quién seguirá mi ejemplo? ¿Quién, por amor al SEÑOR, dará una ofrenda voluntaria para el templo?»

6-7. Entonces los dirigentes de clanes, los jefes de tribus, los oficiales del ejército y los funcionarios administrativos del rey hicieron entrega de ciento sesenta y cinco mil kilos y diez mil monedas de oro, trescientos treinta mil kilos de plata, seiscientos mil kilos de bronce y tres millones trescientos mil kilos de hierro.

8. También contribuyeron con grandes cantidades de joyas, las cuales fueron depositadas en la tesorería del templo del SEÑOR, que estaba a cargo de Jehiel (descendiente de Guersón).

9. Todos estaban conmovidos y felices por esta oportunidad de servir, y al rey David lo invadió una grande alegría.

10. Mientras permanecía todavía en presencia de toda la asamblea, David dirigió así sus alabanzas al SEÑOR:«¡SEÑOR, Dios de nuestro padre Israel, alabamos tu nombre ahora y para siempre!

11. Tuyos son la grandeza y el poder, la gloria, la victoria y la majestad. Todo cuanto hay en los cielos y en la tierra es tuyo. También el reino te pertenece, y tienes el control de todo lo que existe.

12. La riqueza y el honor provienen de ti, y tú eres el gobernador de toda la humanidad; tu mano controla el poderío y la potestad, y de acuerdo con tu voluntad es que los hombres adquieren la fama y reciben de ti el vigor.

13. Dios nuestro, te damos gracias y alabamos tu glorioso nombre.

14. Pero, ¿quién soy yo y quién es mi pueblo para que se nos permitas darte cosas? ¡Todo lo que tenemos ha venido de ti, y sólo te damos lo que ya es tuyo!

15. Porque estamos aquí sólo por un momento, somos extranjeros en la tierra, como lo fueron nuestros antepasados; nuestros días sobre la tierra son como una sombra, sin ninguna esperanza.

16. ¡SEÑOR Dios nuestro, todo este material que hemos recolectado destinado a construirte un templo para tu santo nombre viene de ti!

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