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Santiago 2:18-26 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

18. Se puede también razonar de esta manera: tú dices que tienes fe; yo, en cambio, tengo obras. Pues a ver si eres capaz de mostrarme tu fe sin obras, que yo, por mi parte, mediante mis obras te mostraré la fe.

19. ¿Tú crees que hay un único Dios? De acuerdo; también los demonios creen y se estremecen de pavor.

20. ¿No querrás enterarte, presuntuoso de ti, que la fe sin obras es estéril?

21. Y Abrahán, nuestro padre, ¿no alcanzó el favor de Dios mediante las obras, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar?

22. Ves, pues, cómo la fe daba fuerza a sus obras, y cómo las obras hicieron perfecta su fe.

23. Se cumplió así la Escritura que dice: Creyó Abrahán a Dios y esto le valió que Dios le concediera su amistad, y por eso se lo llamó «amigo de Dios».

24. Resulta, pues, que las obras, y no solamente la fe, intervienen en que Dios restablezca al ser humano en su amistad.

25. Ahí tienes también a Rajab, la prostituta: ¿no fueron sus obras, al hospedar y conducir luego por otro camino a los mensajeros de Josué, las que hicieron que Dios le concediera su amistad?

26. Y es que así como el cuerpo sin espíritu está muerto, así está muerta también la fe sin obras.

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