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Santiago 1:18-27 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

18. Él, por su libre voluntad, nos engendró mediante la palabra de la verdad para que seamos como primeros frutos entre sus criaturas.

19. Sepan, hermanos míos queridos, que es preciso ser diligentes para escuchar, parcos al hablar y remisos en airarse,

20. ya que el airado no es capaz de portarse con rectitud ante Dios.

21. Por tanto, renunciando a todo vicio y al mal que nos cerca por doquier, acojan dócilmente la palabra que, plantada en ustedes, es capaz de salvarlos.

22. Pero se trata de que pongan en práctica esa palabra y no simplemente que la oigan, engañándose a ustedes mismos.

23. Quien oye la palabra, pero no la pone en práctica, se parece a quien contempla su propio rostro en el espejo:

24. se mira y, en cuanto se va, se olvida sin más del aspecto que tenía.

25. Dichoso, en cambio, quien se entrega de lleno a la meditación de la ley perfecta —la ley de la libertad— y no se contenta con oírla, para luego olvidarla, sino que la pone en práctica.

26. Si alguno se hace ilusiones de ser religioso de verdad, pero no controla su lengua, se engaña a sí mismo y su religiosidad no vale para nada.

27. Esta es la religiosidad auténtica e intachable a los ojos de Dios Padre: asistir a los débiles y desvalidos* en sus dificultades y mantenerse incontaminado del mundo.

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