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Santiago 1:10-21 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

10. El rico, en cambio, que se precie de ser humilde, pues se desvanecerá como la flor de la hierba.

11. En efecto, del mismo modo que, al calentar el sol con toda su fuerza, se seca la hierba y cae al suelo su flor, quedando en nada toda su hermosa apariencia, así fenecerán las empresas del rico.

12. Dichoso quien resiste la prueba, pues, una vez acrisolado, recibirá como corona la vida que el Señor ha prometido a quienes lo aman.

13. Nadie acosado por la tentación tiene derecho a decir: «Es Dios quien me pone en trance de caer». Dios está fuera del alcance del mal, y él tampoco instiga a nadie al mal.

14. Cada uno es puesto a prueba por su propia pasión desordenada, que lo arrastra y lo seduce.

15. Semejante pasión concibe y da a luz al pecado; y este, una vez cometido, origina la muerte.

16. Hermanos míos queridos, no se engañen.

17. Todo beneficio y todo don perfecto bajan de lo alto, del creador de la luz, en quien no hay cambios ni períodos de sombra.

18. Él, por su libre voluntad, nos engendró mediante la palabra de la verdad para que seamos como primeros frutos entre sus criaturas.

19. Sepan, hermanos míos queridos, que es preciso ser diligentes para escuchar, parcos al hablar y remisos en airarse,

20. ya que el airado no es capaz de portarse con rectitud ante Dios.

21. Por tanto, renunciando a todo vicio y al mal que nos cerca por doquier, acojan dócilmente la palabra que, plantada en ustedes, es capaz de salvarlos.

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