10. Ámense de corazón unos a otros como hermanos y que cada uno aprecie a los otros más que a sí mismo.
11. Si se trata de esforzarse, no sean perezosos; manténganse espiritualmente fervientes y prontos para el servicio del Señor.
12. Vivan alegres por la esperanza, animosos en la tribulación y constantes en la oración.
13. Solidarícense con las necesidades de los creyentes; practiquen la hospitalidad;
14. bendigan a los que los persiguen y no maldigan jamás.
15. Alégrense con los que están alegres y lloren con los que lloran.
16. Vivan en plena armonía unos con otros. No ambicionen grandezas, antes bien pónganse al nivel de los humildes. Y no presuman de inteligentes.