Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Romanos 12:1-11 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

1. Por el amor entrañable de Dios les pido, hermanos: preséntense a ustedes mismos como ofrenda viva, santa y agradable a Dios. Ese ha de ser su auténtico culto.

2. No se amolden a los criterios de este mundo; al contrario, déjense transformar y renueven su interior de tal manera que sepan apreciar lo que Dios quiere, es decir, lo bueno, lo que le es grato, lo perfecto.

3. En virtud del don que me ha sido otorgado me dirijo a todos y a cada uno de ustedes para que a nadie se le suban los humos a la cabeza, sino que cada uno se estime en lo justo, conforme al grado de fe que Dios le ha concedido.

4. Pues así como nuestro cuerpo, que es uno, consta de muchos miembros, y cada uno desempeña su cometido,

5. de la misma manera nosotros, siendo muchos, formamos un solo cuerpo en Cristo, y en ese cuerpo cada uno es un miembro al servicio de los demás.

6. Y puesto que tenemos dones diferentes según la gracia que Dios nos ha otorgado, a quien haya concedido hablar en su nombre, hágalo sin apartarse de la fe;

7. el que sirve, que lo haga con diligencia; el que enseña, con dedicación;

8. el que exhorta, aplicándose a exhortar; el encargado de repartir a los necesitados, hágalo con generosidad; el que preside, con solicitud; y el que practica la misericordia, con alegría.

9. No hagan del amor que ustedes tienen una comedia. Aborrezcan el mal y abracen el bien.

10. Ámense de corazón unos a otros como hermanos y que cada uno aprecie a los otros más que a sí mismo.

11. Si se trata de esforzarse, no sean perezosos; manténganse espiritualmente fervientes y prontos para el servicio del Señor.

Leer capítulo completo Romanos 12