Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Mateo 24:28-39 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

28. ¡Donde esté el cadáver, allí se juntarán los buitres!

29. En cuanto hayan pasado los sufrimientos de aquellos días, el sol se oscurecerá y la luna perderá su brillo; las estrellas caerán del cielo y las fuerzas celestes se estremecerán.

30. Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del hombre, y todos los pueblos del mundo llorarán al ver que viene el Hijo del hombre sobre las nubes del cielo con gran poder y gloria.

31. Y él enviará a sus ángeles para que a toque de trompeta convoquen a sus elegidos desde los cuatro puntos cardinales, de un extremo al otro del cielo.

32. Fíjense en el ejemplo de la higuera: cuando ustedes ven que sus ramas se ponen tiernas y comienzan a brotarles las hojas, conocen que el verano se acerca.

33. Pues de la misma manera, cuando vean todo esto que les anuncio, sepan que el fin está cerca, a las puertas.

34. Les aseguro que no pasará la actual generación sin que todo esto acontezca.

35. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.

36. En cuanto al día y la hora, nadie sabe nada, ni los ángeles del cielo ni el Hijo; solamente el Padre lo sabe.

37. La venida del Hijo del hombre puede compararse a lo que sucedió en tiempos de Noé.

38. Porque en los días anteriores al diluvio y hasta el momento en que Noé entró en el arca, la gente no dejó de comer, beber y de casarse.

39. Nadie llegó a sospechar nada hasta que el diluvio los barrió a todos. Lo mismo será cuando venga el Hijo del hombre.

Leer capítulo completo Mateo 24