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Mateo 24:26-40 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

26. Así que si alguien les dice: «El Mesías está en el desierto», no vayan allí; y si les dice: «Está escondido en lo más secreto de la casa», no lo crean.

27. Pues como un relámpago brilla en oriente y su resplandor se deja ver hasta occidente, así será la venida del Hijo del hombre.

28. ¡Donde esté el cadáver, allí se juntarán los buitres!

29. En cuanto hayan pasado los sufrimientos de aquellos días, el sol se oscurecerá y la luna perderá su brillo; las estrellas caerán del cielo y las fuerzas celestes se estremecerán.

30. Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del hombre, y todos los pueblos del mundo llorarán al ver que viene el Hijo del hombre sobre las nubes del cielo con gran poder y gloria.

31. Y él enviará a sus ángeles para que a toque de trompeta convoquen a sus elegidos desde los cuatro puntos cardinales, de un extremo al otro del cielo.

32. Fíjense en el ejemplo de la higuera: cuando ustedes ven que sus ramas se ponen tiernas y comienzan a brotarles las hojas, conocen que el verano se acerca.

33. Pues de la misma manera, cuando vean todo esto que les anuncio, sepan que el fin está cerca, a las puertas.

34. Les aseguro que no pasará la actual generación sin que todo esto acontezca.

35. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.

36. En cuanto al día y la hora, nadie sabe nada, ni los ángeles del cielo ni el Hijo; solamente el Padre lo sabe.

37. La venida del Hijo del hombre puede compararse a lo que sucedió en tiempos de Noé.

38. Porque en los días anteriores al diluvio y hasta el momento en que Noé entró en el arca, la gente no dejó de comer, beber y de casarse.

39. Nadie llegó a sospechar nada hasta que el diluvio los barrió a todos. Lo mismo será cuando venga el Hijo del hombre.

40. Dos hombres estarán entonces trabajando en el campo; a uno se lo llevarán y dejarán al otro.

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