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Mateo 23:22-36 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

22. Y el que jura por el cielo, jura también por el trono de Dios y por Dios mismo, que se sienta en ese trono.

23. ¡Ay de ustedes, maestros de la ley y fariseos hipócritas, que ofrecen a Dios el diezmo de la menta, del anís y del comino, pero no se preocupan de lo más importante de la ley, que es la justicia, la misericordia y la fe! Esto último es lo que deberían hacer, aunque sin dejar de cumplir también lo otro.

24. ¡Guías ciegos, que cuelan el mosquito y se tragan el camello!

25. ¡Ay de ustedes, maestros de la ley y fariseos hipócritas, que limpian por fuera la copa y el plato, mientras por dentro siguen sucios con el producto de su propia rapacidad y codicia!

26. ¡Fariseo ciego, limpia primero la copa por dentro, y así quedará limpia también por fuera!

27. ¡Ay de ustedes, maestros de la ley y fariseos hipócritas, que son como sepulcros blanqueados, hermosos por fuera, pero llenos por dentro de huesos de muerto y podredumbre!

28. Así también ustedes: se hacen pasar por justos delante de la gente, pero tienen el interior lleno de hipocresía y maldad.

29. ¡Ay de ustedes, maestros de la ley y fariseos hipócritas, que construyen los sepulcros de los profetas y adornan los monumentos funerarios de los justos

30. diciendo: «Si nosotros hubiéramos vivido en los tiempos de nuestros antepasados, no nos habríamos unido a ellos para derramar la sangre de los profetas»!

31. Pero con ello están demostrando, contra ustedes mismos, que son descendientes de los que asesinaron a los profetas.

32. ¡Completen, pues, ustedes la obra que comenzaron sus antepasados!

33. ¡Serpientes! ¡Hijos de víbora! ¿Cómo podrán escapar al castigo de la gehena?

34. Porque miren: yo voy a enviarles mensajeros, sabios y maestros de la ley; a unos ustedes los matarán y crucificarán, a otros los azotarán en sus sinagogas y perseguirán de ciudad en ciudad.

35. De ese modo se harán culpables de toda la sangre inocente derramada en este mundo, desde la sangre del justo Abel hasta la de Zacarías, el hijo de Baraquías, a quien ustedes asesinaron entre el santuario y el altar.

36. ¡Les aseguro que todo esto le ocurrirá a la presente generación!

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