Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Marcos 15:29-39 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

29. Los que pasaban lo insultaban y, meneando la cabeza, decían:—¡Eh, tú que derribas el Templo y vuelves a edificarlo en tres días:

30. sálvate a ti mismo bajando de la cruz!

31. De igual manera los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley se burlaban de él diciéndose unos a otros:—Ha salvado a otros, pero no puede salvarse a sí mismo.

32. ¡Que baje ahora mismo de la cruz ese mesías, ese rey de Israel, para que lo veamos y creamos en él!Los otros que estaban crucificados junto a él también lo llenaban de insultos.

33. Al llegar el mediodía, la tierra entera quedó sumida en oscuridad hasta las tres de la tarde.

34. A esa hora Jesús gritó con fuerza:—¡Eloí, Eloí! ¿lemá sabaqtaní? (que significa: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?»).

35. Lo oyeron algunos de los que estaban allí y comentaron:—Miren, está llamando a Elías.

36. Uno de ellos fue corriendo a empapar una esponja en vinagre, y con una caña se la acercó a Jesús para que bebiera, diciendo:—Dejen, a ver si viene Elías a librarlo.

37. Pero Jesús, lanzando un fuerte grito, murió.

38. Entonces la cortina del Templo se rasgó en dos, de arriba abajo.

39. El comandante de la guardia, que estaba frente a Jesús, al ver cómo había muerto, dijo:—¡Verdaderamente, este hombre era Hijo de Dios!

Leer capítulo completo Marcos 15