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Marcos 12:28-44 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

28. Uno de los maestros de la ley que había escuchado toda la discusión, al ver lo bien que Jesús les había respondido, se acercó a él y le preguntó:—¿Cuál es el primero de todos los mandamientos?

29. Jesús le contestó:—El primero es: Escucha, Israel : el Señor, nuestro Dios, es el único Señor.

30. Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu inteligencia y con todas tus fuerzas.

31. Y el segundo es: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay ningún mandamiento mayor que estos.

32. El maestro de la ley contestó a Jesús:—¡Muy bien, Maestro! Es cierto lo que dices: Dios es único y no hay otro fuera de él.

33. Y amar a Dios con todo nuestro corazón, con todo nuestro entendimiento y con todas nuestras fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, vale más que todos los holocaustos y sacrificios.

34. Jesús entonces, viendo que había contestado con sabiduría, le dijo:—Tú no estás lejos del reino de Dios.Después de esto, ya nadie se atrevió a hacerle más preguntas.

35. Jesús estaba enseñando en el Templo e interpelaba a sus oyentes diciendo:—¿Cómo es que los maestros de la ley dicen que el Mesías es hijo de David?

36. El propio David afirmó, inspirado por el Espíritu Santo: Dijo el Señor a mi Señor: «Siéntate a mi derecha hasta que ponga a tus enemigos debajo de tus pies».

37. Pues si el propio David llama Señor al Mesías, ¿cómo puede el Mesías ser hijo suyo?Y era mucha la gente que disfrutaba escuchando a Jesús.

38. Decía también Jesús en su enseñanza:—Cuídense de esos maestros de la ley, a quienes les agrada pasear vestidos con ropaje suntuoso, ser saludados en público

39. y ocupar los lugares preferentes en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes.

40. ¡Esos que devoran las haciendas de las viudas, recitando largas oraciones para disimular, recibirán el más severo castigo!

41. Estaba Jesús sentado frente al arca de las ofrendas y miraba cómo la gente echaba dinero en ella. Muchos ricos echaban en cantidad.

42. En esto llegó una viuda pobre que echó dos monedas de muy poco valor.

43. Jesús llamó entonces a los discípulos y les dijo:—Les aseguro que esta viuda pobre ha echado en el arca más que todos los demás.

44. Porque todos los otros echaron lo que les sobraba, pero ella, dentro de su necesidad, ha echado cuanto poseía, todo lo que tenía para vivir.

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