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Marcos 12:23-37 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

23. Así pues, en la resurrección, cuando todos resuciten, ¿de cuál de ellos será esposa, si los siete estuvieron casados con ella?

24. Jesús les dijo:—Ustedes están en esto muy equivocados al no conocer las Escrituras ni tener idea del poder de Dios.

25. En la resurrección ya no habrá matrimonios, sino que todos serán como los ángeles que están en los cielos.

26. En cuanto a que los muertos han de resucitar, ¿no han leído en el libro de Moisés, en el pasaje de la zarza, lo que Dios le dijo: Yo soy el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob?

27. Pues bien, él es Dios de vivos y no de muertos. ¡Ustedes están muy equivocados!

28. Uno de los maestros de la ley que había escuchado toda la discusión, al ver lo bien que Jesús les había respondido, se acercó a él y le preguntó:—¿Cuál es el primero de todos los mandamientos?

29. Jesús le contestó:—El primero es: Escucha, Israel : el Señor, nuestro Dios, es el único Señor.

30. Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu inteligencia y con todas tus fuerzas.

31. Y el segundo es: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay ningún mandamiento mayor que estos.

32. El maestro de la ley contestó a Jesús:—¡Muy bien, Maestro! Es cierto lo que dices: Dios es único y no hay otro fuera de él.

33. Y amar a Dios con todo nuestro corazón, con todo nuestro entendimiento y con todas nuestras fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, vale más que todos los holocaustos y sacrificios.

34. Jesús entonces, viendo que había contestado con sabiduría, le dijo:—Tú no estás lejos del reino de Dios.Después de esto, ya nadie se atrevió a hacerle más preguntas.

35. Jesús estaba enseñando en el Templo e interpelaba a sus oyentes diciendo:—¿Cómo es que los maestros de la ley dicen que el Mesías es hijo de David?

36. El propio David afirmó, inspirado por el Espíritu Santo: Dijo el Señor a mi Señor: «Siéntate a mi derecha hasta que ponga a tus enemigos debajo de tus pies».

37. Pues si el propio David llama Señor al Mesías, ¿cómo puede el Mesías ser hijo suyo?Y era mucha la gente que disfrutaba escuchando a Jesús.

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