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Marcos 12:15-32 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

15. Jesús, conociendo la hipocresía que había en ellos, les contestó:—¿Por qué me ponen trampas? Tráiganme un denario para que yo lo vea.

16. Ellos se lo presentaron y Jesús les preguntó:—¿De quién es esta efigie y esta inscripción?Le contestaron:—Del emperador.

17. Entonces Jesús les dijo:—Pues den al emperador lo que es del emperador, y a Dios lo que es de Dios.Con esta respuesta quedaron estupefactos.

18. Después de esto vinieron unos saduceos que, como dicen que no hay resurrección, hicieron a Jesús esta pregunta:

19. —Maestro, Moisés nos dejó escrito que si el hermano de uno muere y deja esposa, pero no hijos, el hermano mayor superviviente deberá casarse con la viuda para dar descendencia al hermano difunto.

20. Pues bien, hubo una vez siete hermanos; el primero de ellos se casó, pero murió sin haber tenido descendencia.

21. Entonces el segundo hermano se casó con la viuda, pero él también murió sin dejar descendencia. Lo mismo pasó con el tercero,

22. y con los siete: ninguno tuvo descendencia de aquella mujer, que fue la última de todos en morir.

23. Así pues, en la resurrección, cuando todos resuciten, ¿de cuál de ellos será esposa, si los siete estuvieron casados con ella?

24. Jesús les dijo:—Ustedes están en esto muy equivocados al no conocer las Escrituras ni tener idea del poder de Dios.

25. En la resurrección ya no habrá matrimonios, sino que todos serán como los ángeles que están en los cielos.

26. En cuanto a que los muertos han de resucitar, ¿no han leído en el libro de Moisés, en el pasaje de la zarza, lo que Dios le dijo: Yo soy el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob?

27. Pues bien, él es Dios de vivos y no de muertos. ¡Ustedes están muy equivocados!

28. Uno de los maestros de la ley que había escuchado toda la discusión, al ver lo bien que Jesús les había respondido, se acercó a él y le preguntó:—¿Cuál es el primero de todos los mandamientos?

29. Jesús le contestó:—El primero es: Escucha, Israel : el Señor, nuestro Dios, es el único Señor.

30. Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu inteligencia y con todas tus fuerzas.

31. Y el segundo es: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay ningún mandamiento mayor que estos.

32. El maestro de la ley contestó a Jesús:—¡Muy bien, Maestro! Es cierto lo que dices: Dios es único y no hay otro fuera de él.

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