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Lucas 24:25-41 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

25. Jesús, entonces, les dijo:—¡Qué lentos son ustedes para comprender y cuánto les cuesta creer lo dicho por los profetas!

26. ¿No tenía que sufrir el Mesías todo esto antes de ser glorificado?

27. Y, empezando por Moisés y siguiendo por todos los profetas, les explicó cada uno de los pasajes de las Escrituras que se referían a él mismo.

28. Cuando llegaron a la aldea adonde se dirigían, Jesús hizo ademán de seguir adelante.

29. Pero ellos le dijeron, insistiendo mucho:—Quédate con nosotros, porque atardece ya y la noche se echa encima.Él entró y se quedó con ellos.

30. Luego, cuando se sentaron juntos a la mesa, Jesús tomó el pan, dio gracias a Dios, lo partió y se lo dio.

31. En aquel momento se les abrieron los ojos y lo reconocieron; pero él desapareció de su vista.

32. Entonces se dijeron el uno al otro:—¿No nos ardía ya el corazón cuando conversábamos con él por el camino y nos explicaba las Escrituras?

33. En el mismo instante emprendieron el camino de regreso a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once y a todos los demás,

34. que les dijeron:—Es cierto que el Señor ha resucitado y se ha aparecido a Simón.

35. Ellos, por su parte, contaron también lo que les había sucedido en el camino y cómo habían reconocido a Jesús cuando partía el pan.

36. Todavía estaban hablando de estas cosas, cuando Jesús se puso en medio de ellos y les dijo:—¡La paz sea con ustedes!

37. Sorprendidos y muy asustados, creían estar viendo un fantasma.

38. Pero Jesús les dijo:—¿Por qué se asustan y por qué dudan tanto en su interior?

39. Miren mis manos y mis pies: soy yo mismo. Tóquenme y mírenme. Los fantasmas no tienen carne ni huesos, como ustedes ven que yo tengo.

40. Al decir esto, les mostró las manos y los pies.

41. Pero aunque estaban llenos de alegría, no se lo acababan de creer a causa del asombro. Así que Jesús les preguntó:—¿Tienen aquí algo de comer?

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