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Lucas 22:50-61 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

50. Y uno de ellos dio un golpe al criado del sumo sacerdote y le cortó la oreja derecha.

51. Pero Jesús dijo:—¡Déjenlo! ¡Basta ya!Enseguida tocó la oreja herida y la curó.

52. Luego dijo a los jefes de los sacerdotes, a los oficiales de la guardia del Templo y a los ancianos que habían salido contra él:—¿Por qué han venido a buscarme con espadas y garrotes, como si fuera un ladrón?

53. Todos los días he estado entre ustedes en el Templo, y no me detuvieron. ¡Pero esta es la hora de ustedes, la hora del poder de las tinieblas!

54. Apresaron, pues, a Jesús, se lo llevaron y lo introdujeron en la casa del sumo sacerdote. Pedro iba detrás a cierta distancia.

55. En medio del patio de la casa habían encendido fuego, y estaban sentados en torno a él; también Pedro estaba sentado entre ellos.

56. En esto llegó una criada que, viendo a Pedro junto al fuego, se quedó mirándolo fijamente y dijo:—Este también estaba con él.

57. Pedro lo negó, diciendo:—Mujer, ni siquiera lo conozco.

58. Poco después lo vio otro, que dijo:—También tú eres uno de ellos.Pedro replicó:—No lo soy, amigo.

59. Como cosa de una hora más tarde, un tercero aseveró:—Seguro que este estaba con él, pues es galileo.

60. Entonces Pedro exclamó:—¡Amigo, no sé qué estás diciendo!Todavía estaba Pedro hablando, cuando cantó un gallo.

61. En aquel momento, el Señor se volvió y miró a Pedro. Se acordó Pedro de que el Señor le había dicho: «Hoy mismo, antes que cante el gallo, me habrás negado tres veces»

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