Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Lucas 20:21-35 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

21. Le preguntaron, pues:—Maestro, sabemos que todo lo que dices y enseñas es correcto y que no juzgas a nadie por las apariencias, sino que enseñas con toda verdad a vivir como Dios quiere.

22. Así pues, ¿estamos o no estamos nosotros, los judíos, obligados a pagar tributo al emperador romano?

23. Jesús, dándose cuenta de la mala intención que había en ellos, les contestó:

24. —Muéstrenme un denario. ¿De quién es esta efigie y esta inscripción?

25. Le contestaron:—Del emperador.Entonces Jesús dijo:—Pues den al emperador lo que es del emperador, y a Dios lo que es de Dios.

26. Y no consiguieron pillar a Jesús en palabra alguna inconveniente delante del pueblo. Al contrario, estupefactos ante la respuesta de Jesús, tuvieron que callarse.

27. Después de esto se acercaron a Jesús algunos saduceos que, como niegan que vaya a haber resurrección, le hicieron esta pregunta:

28. —Maestro, Moisés nos dejó escrito que si el hermano de uno muere teniendo esposa, pero no hijos, el siguiente hermano deberá casarse con la viuda para dar descendencia al hermano difunto.

29. Pues bien, hubo una vez siete hermanos; el primero de ellos se casó, pero murió sin haber tenido hijos.

30. El segundo

31. y el tercero se casaron también con la viuda, y así hasta los siete; pero los siete murieron sin haber tenido hijos.

32. La última en morir fue la mujer.

33. Así pues, en la resurrección, ¿de cuál de ellos será esposa, si los siete estuvieron casados con ella?

34. Jesús les dijo:—El matrimonio es algo que pertenece a este mundo.

35. Pero los que merezcan resucitar y entrar en el reino venidero, ya no tendrán nada que ver con el matrimonio,

Leer capítulo completo Lucas 20