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Lucas 19:8-23 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

8. Zaqueo, por su parte, se puso en pie y, dirigiéndose al Señor, dijo:—Señor, estoy decidido a dar a los pobres la mitad de mis bienes y a devolver cuatro veces más a los que haya defraudado en algo.

9. Entonces Jesús le dijo:—Hoy ha llegado la salvación a esta casa, pues también este es descendiente de Abrahán.

10. En efecto, el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido.

11. Estaba la gente escuchando a Jesús y les contó otra parábola, pues se hallaba cerca de Jerusalén y ellos creían que el reino de Dios estaba a punto de manifestarse.

12. Así que les dijo:—Un hombre de familia noble se fue a un país lejano para recibir la investidura real y regresar después.

13. Antes de partir, llamó a diez criados suyos y a cada uno le entregó una cantidad de dinero, diciéndoles: «Negocien con este dinero en tanto que yo regreso».

14. Pero como sus conciudadanos lo odiaban, a espaldas suyas enviaron una delegación con este mensaje: «No queremos que ese reine sobre nosotros».

15. Sin embargo, él recibió la investidura real. A su regreso mandó llamar a los criados a quienes había entregado el dinero, para saber cómo habían negociado con él.

16. Se presentó, pues, el primero de ellos y dijo: «Señor, tu capital ha producido diez veces más».

17. El rey le contestó: «Está muy bien. Has sido un buen administrador. Y porque has sido fiel en lo poco, yo te encomiendo el gobierno de diez ciudades».

18. Después se presentó el segundo criado y dijo: «Señor, tu capital ha producido cinco veces más».

19. También a este le contestó el rey: «Igualmente a ti te encomiendo el gobierno de cinco ciudades».

20. Pero luego se presentó otro criado, diciendo: «Señor, aquí tienes tu dinero. Lo he guardado bien envuelto en un pañuelo

21. por miedo a ti, pues sé que eres un hombre duro, que pretendes tomar lo que no depositaste y cosechar lo que no sembraste».

22. El rey le contestó: «Eres un mal administrador, y por tus propias palabras te condeno. Si sabías que yo soy un hombre duro, que pretendo tomar lo que no he depositado y cosechar lo que no he sembrado,

23. ¿por qué no llevaste mi dinero al banco? Así, a mi regreso, yo lo habría recibido junto con los intereses».

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