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Lucas 18:4-16 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

4. Durante mucho tiempo, el juez no quiso hacerle caso, pero al fin pensó: «Aunque no temo a Dios ni tengo respeto a nadie,

5. voy a hacer justicia a esta viuda para evitar que me siga importunando. Así me dejará en paz de una vez».

6. El Señor añadió:—Ya han oído ustedes lo que dijo aquel mal juez.

7. Pues bien, ¿no hará Dios justicia a sus elegidos, que claman a él día y noche? ¿Creen que los hará esperar?

8. Les digo que les hará justicia enseguida. Pero cuando venga el Hijo del hombre, ¿aún encontrará fe en este mundo?

9. A unos que alardeaban de su propia rectitud y despreciaban a todos los demás, Jesús les contó esta parábola:

10. —En cierta ocasión, dos hombres fueron al Templo a orar. Uno de ellos era un fariseo, y el otro un recaudador de impuestos.

11. El fariseo, plantado en primera fila, oraba en su interior de esta manera: «¡Oh Dios! Te doy gracias porque yo no soy como los demás: ladrones, malvados y adúlteros. Tampoco soy como ese recaudador de impuestos.

12. Ayuno dos veces por semana y pago al Templo la décima parte de todas mis ganancias».

13. En cambio, el recaudador de impuestos, que se mantenía a distancia, ni siquiera se atrevía a levantar la vista del suelo, sino que se golpeaba el pecho y decía: «¡Oh Dios! Ten compasión de mí, que soy pecador».

14. Les digo que este recaudador de impuestos volvió a casa con sus pecados perdonados; el fariseo, en cambio, no. Porque Dios humillará a quien se ensalce a sí mismo; pero ensalzará a quien se humille a sí mismo.

15. Llevaron unos niños a Jesús para que los bendijese. Los discípulos, al verlo, reñían a quienes los llevaban;

16. pero Jesús, llamando a los niños, dijo:—Dejen que los niños vengan a mí y no se lo impidan, porque el reino de Dios es para los que son como ellos.

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