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Lucas 12:14-27 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

14. Jesús le contestó:—Amigo, ¿quién me ha puesto por juez o repartidor de herencias entre ustedes?

15. Y, dirigiéndose a los demás, añadió:—Procuren evitar toda clase de avaricia, porque la vida de uno no depende de la abundancia de sus riquezas.

16. Y les contó esta parábola:—Una vez, un hombre rico obtuvo una gran cosecha de sus campos.

17. Así que pensó: «¿Qué haré ahora? ¡No tengo lugar bastante grande donde guardar la cosecha!

18. ¡Ya sé qué haré! Derribaré los graneros y haré otros más grandes donde pueda meter todo el trigo junto con todos mis bienes.

19. Luego podré decirme: tienes riquezas acumuladas para muchos años; descansa, pues, come, bebe y diviértete».

20. Pero Dios le dijo: «¡Estúpido! Vas a morir esta misma noche. ¿A quién le aprovechará todo eso que has almacenado?».

21. Esto le sucederá al que acumula riquezas pensando solo en sí mismo, pero no se hace rico a los ojos de Dios.

22. Después dijo Jesús a sus discípulos:—Por lo tanto les digo: No anden preocupados pensando qué van a comer para poder vivir o con qué ropa van a cubrir su cuerpo.

23. Porque la vida vale más que la comida y el cuerpo más que la ropa.

24. Fíjense en los cuervos: no siembran ni cosechan, ni tienen despensas ni almacenes, y, sin embargo, Dios los alimenta. Pues ¡cuánto más valen ustedes que esas aves!

25. Por lo demás, ¿quién de ustedes, por mucho que se preocupe, podrá añadir una sola hora a su vida?

26. Pues si son incapaces de influir en las cosas más pequeñas, ¿a qué preocuparse por las demás?

27. Fíjense en cómo crecen los lirios. No se fatigan ni hilan y, sin embargo, les digo que ni siquiera el rey Salomón, con todo su esplendor, llegó a vestirse como uno de ellos.

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