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Lucas 11:23-43 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

23. El que no está a favor mío, está contra mí; el que conmigo no recoge, desparrama.

24. Cuando un espíritu impuro sale de una persona y anda errante por lugares desiertos en busca de descanso y no lo encuentra, se dice a sí mismo: «Regresaré a mi casa, de donde salí».

25. Y si, al llegar, la encuentra barrida y arreglada,

26. va, reúne a otros siete espíritus peores que él y todos juntos se meten a vivir allí, de manera que la situación de esa persona resulta peor al final que al principio.

27. Mientras Jesús decía estas cosas, una mujer que estaba entre la gente exclamó:—¡Feliz la mujer que te dio a luz y te crió a sus pechos!

28. Jesús le contestó:—Felices, más bien, los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica.

29. Como había seguido reuniéndose mucha gente a su alrededor, Jesús volvió a tomar la palabra y dijo:—Esta gente es mala. Pide una señal milagrosa, pero no tendrá más señal que la del profeta Jonás.

30. Como Jonás fue una señal para los habitantes de Nínive, así también el Hijo del hombre será una señal para esta gente.

31. La reina del Sur se levantará en el día del juicio junto con todos los que forman esta generación, y los condenará; porque esta reina vino desde tierras lejanas a escuchar la sabiduría de Salomón, ¡y aquí hay alguien más importante que Salomón!

32. Los habitantes de Nínive se levantarán en el día del juicio junto con toda esta gente, y la condenarán; porque ellos se convirtieron al escuchar el mensaje de Jonás, ¡y aquí hay alguien más importante que Jonás!

33. Nadie enciende una lámpara y la guarda en un lugar escondido, ni la tapa con una vasija, sino que la pone en el candelero para que su luz alumbre a todos los que entren en la casa.

34. Los ojos son lámparas para el cuerpo. Si tus ojos son limpios, todo tú serás luminoso; pero si en ellos hay maldad, todo tú serás oscuridad.

35. Mantente alerta para que la luz que hay en ti no resulte oscuridad.

36. Así pues, si tú eres todo luz y no hay en ti oscuridad alguna, todo tú serás tan luminoso como si te iluminara el resplandor de una lámpara.

37. Cuando Jesús terminó de hablar, un fariseo lo invitó a comer en su casa. Jesús aceptó la invitación y se sentó a la mesa.

38. El fariseo, que estaba observándolo, se quedó extrañado de que Jesús no cumpliera el precepto de lavarse las manos antes de comer.

39. Entonces el Señor le dijo:—Ustedes los fariseos limpian la copa y la bandeja por fuera, pero por dentro están llenos de rapacidad y maldad.

40. ¡Insensatos! ¿Acaso el que hizo lo de fuera no hizo también lo de dentro?

41. Den limosna de lo que tienen dentro, y de ese modo todo quedará limpio en ustedes.

42. ¡Ay de ustedes, fariseos, que ofrecen a Dios el diezmo de la menta, de la ruda y de toda clase de hortalizas, pero no se preocupan de mantener la justicia y el amor a Dios! Esto último es lo que deberían hacer, aunque sin descuidar lo otro.

43. ¡Ay de ustedes, fariseos, que les gusta ocupar los lugares preferentes en las sinagogas y ser saludados en público!

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