1. Judas*, servidor de Jesucristo y hermano de Santiago*, a los que han sido llamados a vivir bajo el amor de Dios Padre y la custodia de Jesucristo.
2. Que la misericordia, la paz y el amor abunden cada vez más en ustedes.
3. Queridos hermanos, ardía yo en deseos de escribirles acerca de un asunto que a todos nos concierne: el de nuestra salvación. Pero ahora debo hacerlo forzado por las circunstancias, pues es preciso alentarlos a combatir en defensa de la fe confiada a los creyentes de una vez por todas.