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Juan 6:50-69 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

50. Este, en cambio, es el pan que ha bajado del cielo para que, quien lo coma, no muera.

51. Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo voy a dar es mi carne, entregada para que el mundo tenga vida.

52. Esto suscitó una fuerte discusión entre los judíos, que se preguntaban:—¿Cómo puede este darnos a comer su carne?

53. Jesús les dijo:—Les aseguro que, si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no tendrán vida en ustedes.

54. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día.

55. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida.

56. El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí, y yo en él.

57. El Padre, que me ha enviado, posee la vida y yo vivo gracias a él; así también, el que me coma vivirá gracias a mí.

58. Este es el pan que ha bajado del cielo, y que no es como el que comieron los antepasados y murieron; el que come de este pan vivirá para siempre.

59. Todo esto lo enseñó Jesús en la sinagoga de Cafarnaún.

60. Al oír esto, muchos de los que seguían a Jesús dijeron:—Esta enseñanza es inadmisible. ¿Quién puede aceptarla?

61. Jesús se dio cuenta de que muchos de sus seguidores criticaban su enseñanza, y les dijo:—¿Se les hace duro aceptar esto?

62. Pues ¿qué ocurriría si vieran al Hijo del hombre subir a donde estaba antes?

63. Es el espíritu el que da vida; la carne no sirve para nada. Las palabras que les he dicho son espíritu y vida.

64. Pero algunos de ustedes no creen.Es que Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían y quién era el que lo iba a traicionar.

65. Y añadió:—Por eso les he dicho que nadie puede creer en mí si no se lo concede mi Padre.

66. Desde entonces, muchos discípulos suyos se volvieron atrás y ya no andaban con él.

67. Jesús preguntó a los Doce:—¿También ustedes quieren dejarme?

68. Simón Pedro le respondió:—Señor, ¿a quién iríamos? Solo tus palabras dan vida eterna.

69. Nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios.

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