28. Después de esto, plenamente consciente de que todo había llegado a su fin, para que se cumpliese la Escritura, Jesús exclamó:—Tengo sed.
29. Empaparon una esponja en vinagre, la colocaron en la punta de una caña de hisopo y se la acercaron a la boca.
30. Jesús probó el vinagre y dijo:—Todo está cumplido.Inclinó, entonces, la cabeza y expiró.
31. Era el día de preparación* y los judíos no querían que los cuerpos de los ajusticiados quedaran en la cruz aquel sábado, porque en él se celebraba una fiesta muy solemne*. Por eso, pidieron a Pilato que ordenase quebrar las piernas de los crucificados y retirarlos de allí.
32. Fueron los soldados y quebraron las piernas de los dos que habían sido crucificados con Jesús.
33. Pero cuando se acercaron a Jesús, al comprobar que ya había muerto, no le quebraron las piernas,
34. sino que uno de los soldados le abrió el costado de una lanzada, y al punto brotó de él sangre y agua.