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Juan 19:22-33 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

22. Pero Pilato les contestó:—Que quede escrito lo que yo mandé escribir.

23. Los soldados, una vez que terminaron de crucificar a Jesús, tomaron sus ropas* e hicieron con ellas cuatro lotes, uno para cada soldado. Se quedaron también con la túnica, pero como era una túnica sin costuras, tejida de una sola pieza de arriba abajo,

24. llegaron a este acuerdo:—No debemos partirla; lo que procede es sortearla para ver a quién le toca.Así se cumplió el pasaje de la Escritura que dice: Dividieron entre ellos mis ropas y echaron a suertes mi túnica.Esto fue lo que hicieron los soldados.

25. Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, María la mujer de Cleofás, que era hermana de su madre, y María Magdalena.

26. Jesús, al ver a su madre y, junto a ella, al discípulo a quien tanto quería, dijo a su madre:—Mujer, ahí tienes a tu hijo.

27. Después dijo al discípulo:—Ahí tienes a tu madre.Y desde aquel momento, el discípulo la acogió en su casa.

28. Después de esto, plenamente consciente de que todo había llegado a su fin, para que se cumpliese la Escritura, Jesús exclamó:—Tengo sed.

29. Empaparon una esponja en vinagre, la colocaron en la punta de una caña de hisopo y se la acercaron a la boca.

30. Jesús probó el vinagre y dijo:—Todo está cumplido.Inclinó, entonces, la cabeza y expiró.

31. Era el día de preparación* y los judíos no querían que los cuerpos de los ajusticiados quedaran en la cruz aquel sábado, porque en él se celebraba una fiesta muy solemne*. Por eso, pidieron a Pilato que ordenase quebrar las piernas de los crucificados y retirarlos de allí.

32. Fueron los soldados y quebraron las piernas de los dos que habían sido crucificados con Jesús.

33. Pero cuando se acercaron a Jesús, al comprobar que ya había muerto, no le quebraron las piernas,

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