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Juan 18:27-39 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

27. Pedro volvió a negarlo. Y en aquel momento cantó un gallo.

28. Condujeron a Jesús de casa de Caifás al palacio del gobernador*. Era muy de mañana. Los judíos no entraron en el palacio para no contraer una impureza legal que les habría impedido participar en la cena de Pascua.

29. Por eso tuvo que salir Pilato para preguntarles:—¿De qué acusan a este hombre?

30. Ellos le contestaron:—Si no fuese un criminal, no te lo habríamos entregado.

31. Pilato les dijo:—Muy bien, llévenselo y júzguenlo según la ley de ustedes.Los judíos replicaron:—Nosotros no tenemos autoridad para dar muerte a nadie.

32. Y es que tenía que cumplirse lo que Jesús había anunciado sobre la clase de muerte que iba a sufrir.

33. Entonces Pilato volvió a entrar en su palacio, mandó traer a Jesús y le preguntó:—¿Eres tú el rey de los judíos?

34. Contestó Jesús:—¿Me haces esa pregunta por tu cuenta o te la han sugerido otros?

35. Pilato replicó:—¿Acaso soy yo judío? Son los de tu propia nación y los jefes de los sacerdotes los que te han entregado a mí. ¿Qué es lo que has hecho?

36. Jesús respondió:—Mi reino no es de este mundo. Si lo fuera, mis servidores habrían luchado para librarme de los judíos. Pero no, mi reino no es de este mundo.

37. Pilato insistió:—Entonces, ¿eres rey?Jesús le respondió:—Soy rey, como tú dices. Y mi misión consiste en dar testimonio de la verdad. Precisamente para eso nací y para eso vine al mundo. Todo el que ama la verdad escucha mi voz.

38. Pilato repuso:—¿Y qué es la verdad?Dicho esto, Pilato salió de nuevo y dijo a los judíos:—Yo no encuentro delito alguno en este hombre.

39. Pero como ustedes tienen la costumbre de que durante la fiesta de la Pascua les ponga en libertad a un preso, ¿quieren que deje en libertad al rey de los judíos?

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