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Juan 11:32-47 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

32. Cuando María llegó al lugar donde estaba Jesús y lo vio, se arrojó a sus pies y exclamó:—Señor, si hubieras estado aquí, no habría muerto mi hermano.

33. Jesús, al verla llorar a ella y a los judíos que la acompañaban, lanzó un suspiro y, profundamente emocionado,

34. preguntó:—¿Dónde lo han sepultado?Ellos contestaron:—Ven a verlo, Señor.

35. Jesús se echó a llorar,

36. y los judíos allí presentes comentaban:—Bien se ve que lo quería de verdad.

37. Pero algunos dijeron:—Y este, que dio vista al ciego, ¿no podría haber hecho algo para evitar la muerte de su amigo?

38. Jesús, de nuevo profundamente emocionado, se acercó a la tumba. Era una cueva cuya entrada estaba tapada con una piedra.

39. Jesús les ordenó:—Quiten la piedra.Marta, la hermana del difunto, le advirtió:—Señor, tiene que oler ya, pues lleva sepultado cuatro días.

40. Jesús le contestó:—¿No te he dicho que, si tienes fe, verás la gloria de Dios?

41. Quitaron, pues, la piedra y Jesús, mirando al cielo, exclamó:—Padre, te doy gracias porque me has escuchado.

42. Yo sé que me escuchas siempre; si me expreso así, es por los que están aquí, para que crean que tú me has enviado.

43. Dicho esto, exclamó con voz potente:—¡Lázaro, sal afuera!

44. Y salió el muerto con las manos y los pies ligados con vendas, y la cara envuelta en un sudario. Jesús les dijo:—Quítenle las vendas y déjenlo andar.

45. Al ver lo que había hecho Jesús, muchos de los judíos que habían ido a visitar a María creyeron en él.

46. Otros, sin embargo, fueron a contar a los fariseos lo que Jesús acababa de hacer.

47. Entonces, los jefes de los sacerdotes y los fariseos convocaron una reunión urgente del Consejo Supremo donde acordaron:—Es necesario tomar alguna medida ya que este hombre está haciendo muchas cosas sorprendentes.

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