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Juan 1:27-42 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

27. uno que viene después de mí, aunque yo ni siquiera soy digno de desatar la correa de su calzado.

28. Esto ocurrió en Betania, al otro lado del Jordán, donde Juan estaba bautizando.

29. Al día siguiente, Juan vio a Jesús que se acercaba a él, y dijo:—Ahí tienen ustedes al Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.

30. A él me refería yo cuando dije: «Después de mí viene uno que es superior a mí, porque él ya existía antes que yo».

31. Ni yo mismo sabía quién era, pero Dios me encomendó bautizar con agua precisamente para que él tenga ocasión de darse a conocer a Israel.

32. Y Juan prosiguió su testimonio diciendo:—He visto que el Espíritu bajaba del cielo como una paloma y permanecía sobre él.

33. Ni yo mismo sabía quién era, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: «Aquel sobre quien veas que baja el Espíritu y permanece sobre él, ese es quien ha de bautizar con Espíritu Santo».

34. Y, puesto que yo lo he visto, testifico que este es el Hijo de Dios.

35. Al día siguiente, de nuevo estaba Juan con dos de sus discípulos

36. y, al ver a Jesús que pasaba por allí, dijo:—Ahí tienen al Cordero de Dios.

37. Los dos discípulos, que se lo oyeron decir, fueron en pos de Jesús,

38. quien, al ver que lo seguían, les preguntó:—¿Qué buscan?Ellos contestaron:—Rabí (que significa «Maestro»), ¿dónde vives?Él les respondió:

39. —Vengan a verlo.Se fueron, pues, con él, vieron dónde vivía y pasaron con él el resto de aquel día. Eran como las cuatro de la tarde.

40. Uno de los dos que habían escuchado a Juan y habían seguido a Jesús era Andrés, el hermano de Simón Pedro.

41. Lo primero que hizo Andrés fue ir en busca de su hermano Simón para decirle:—Hemos hallado al Mesías (palabra que quiere decir «Cristo»).

42. Y se lo presentó a Jesús, quien, fijando en él la mirada, le dijo:—Tú eres Simón, hijo de Juan*; en adelante te llamarás Cefas* (es decir, Pedro).

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