Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Hechos 4:8-19 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

8. Pedro, lleno del Espíritu Santo, les respondió:—Jefes del pueblo y ancianos:

9. hoy ha sido curado un enfermo, y se nos pregunta quién lo ha curado.

10. Pues bien, han de saber, tanto ustedes como todo el pueblo israelita, que este hombre se encuentra ahora sano ante sus ojos gracias a Jesús de Nazaret, a quien ustedes crucificaron y a quien Dios ha resucitado.

11. Él es la piedra rechazada por ustedes los constructores, pero que ha resultado ser la piedra principal.

12. Ningún otro puede salvarnos*, pues en la tierra no existe ninguna otra persona a quien Dios haya constituido autor de nuestra salvación.

13. Cuando vieron la seguridad con que se expresaban Pedro y Juan, que eran hombres sin cultura y sin instrucción, no salían de su asombro. Por una parte, no podían menos de reconocer que Pedro y Juan habían sido compañeros de Jesús;

14. por otra, allí estaba de pie, junto a ellos, el hombre que había sido curado. Así que, no sabiendo cómo replicarles,

15. les ordenaron salir de la sala del Consejo y se pusieron a deliberar entre ellos:

16. —¿Qué vamos a hacer con estos hombres? Está claro para todos los habitantes de Jerusalén que, efectivamente, se ha realizado un milagro manifiesto por mediación de ellos; es algo que no podemos negar.

17. Sin embargo, para evitar que esto siga propagándose entre el pueblo, vamos a advertirles, bajo amenaza, que no hablen más a nadie de tal individuo.

18. Así que los llamaron y les prohibieron terminantemente que hablaran de Jesús o enseñaran en su nombre.

19. Pero Pedro y Juan les respondieron:—¿Les parece justo delante de Dios que los obedezcamos a ustedes antes que a él?

Leer capítulo completo Hechos 4