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Hechos 3:8-16 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

8. se puso en pie de un salto y comenzó a andar. Luego entró con ellos en el Templo por su propio pie, saltando y alabando a Dios.

9. Todos los que lo vieron andar y alabar a Dios,

10. al reconocer en él al mendigo que se sentaba junto a la puerta Hermosa del Templo, quedaron atónitos y asombrados por lo que le había sucedido.

11. Como aquel hombre no se separaba de Pedro y de Juan, todo el pueblo, lleno de asombro, se congregó en tropel alrededor de ellos en el pórtico que llaman «de Salomón».

12. Pedro, al ver esto, habló así al pueblo:—Israelitas, ¿por qué se sorprendan de este suceso? ¿Por qué nos miran como si hubiera sido nuestro poder o nuestra religiosidad lo que ha hecho andar a este hombre?

13. El Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros antepasados, ha colmado de honor a Jesús, su siervo, a quien, por cierto, ustedes mismos entregaron a las autoridades y rechazaron ante Pilato cuando ya este había decidido ponerlo en libertad.

14. Rechazaron al santo y al justo, para pedir a cambio la libertad de un asesino.

15. Mataron así al autor de la vida; pero Dios lo ha resucitado, y nosotros somos testigos de ello.

16. Pues bien, por creer en Jesús se le han fortalecido las piernas a este hombre que están viendo y que ustedes conocen. La fe en Jesús le ha devuelto totalmente la salud, como pueden comprobar.

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