Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Hechos 3:13-26 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

13. El Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros antepasados, ha colmado de honor a Jesús, su siervo, a quien, por cierto, ustedes mismos entregaron a las autoridades y rechazaron ante Pilato cuando ya este había decidido ponerlo en libertad.

14. Rechazaron al santo y al justo, para pedir a cambio la libertad de un asesino.

15. Mataron así al autor de la vida; pero Dios lo ha resucitado, y nosotros somos testigos de ello.

16. Pues bien, por creer en Jesús se le han fortalecido las piernas a este hombre que están viendo y que ustedes conocen. La fe en Jesús le ha devuelto totalmente la salud, como pueden comprobar.

17. No obstante, hermanos, sé que tanto ustedes como sus dirigentes actuaron por ignorancia.

18. Pero Dios cumplía de este modo lo que había anunciado por medio de los profetas en lo que se refiere a los sufrimientos que su Mesías había de padecer.

19. Por tanto, conviértanse y vuelvan a Dios, para que sus pecados les sean borrados.

20. Así hará venir el Señor una era de tranquilidad, y enviará de nuevo al Mesías que previamente les había destinado, es decir, a Jesús.

21. Pero ahora es preciso que Jesús permanezca en el cielo hasta que llegue el momento en que todo sea restaurado, según declaró Dios en época precedente por medio de sus santos profetas.

22. Ya Moisés dijo al respecto: El Señor, el Dios de ustedes, les va a suscitar un profeta de entre ustedes mismos, como hizo conmigo. Tienen que prestar atención a todo lo que les diga,

23. pues quien no haga caso a ese profeta será arrancado del pueblo.

24. Y también todos los profetas, de Samuel en adelante, pronosticaron los acontecimientos actuales.

25. Y ustedes son los herederos de los profetas y de la alianza que Dios estableció con sus antepasados cuando dijo a Abrahán: Tu descendencia será fuente de bendición para toda la humanidad.

26. Así que Dios, después de resucitar* a su siervo, lo ha enviado primero a ustedes a fin de que se les convierta en bendición y todos y cada uno se aparten del mal.

Leer capítulo completo Hechos 3