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Hechos 26:8-15 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

8. ¿Les parece a ustedes increíble que Dios resucite a los muertos?

9. Es cierto que yo mismo creí mi deber combatir por todos los medios lo referente a Jesús de Nazaret.

10. Así actué en Jerusalén, donde, autorizado por los jefes de los sacerdotes, encarcelé a muchos fieles y di mi voto para que los condenaran a muerte.

11. Recorría también a menudo todas las sinagogas, e intentaba hacerlos abjurar a fuerza de torturas. Mi saña contra ellos llegó a tal extremo, que los perseguí hasta en las ciudades extranjeras.

12. Esta es la razón por la que fui comisionado por los jefes de los sacerdotes para ir con plenos poderes a Damasco.

13. Me hallaba en camino, majestad, cuando a eso del mediodía vi una luz del cielo más brillante que el sol, cuyo resplandor nos envolvió a mí y a mis compañeros de viaje.

14. Todos caímos al suelo, y yo escuché una voz que me decía en arameo*: «Saúl*, Saúl, ¿por qué me persigues? Te va a resultar duro dar coces contra el aguijón».

15. Entonces pregunté: «¿Quién eres, Señor?». Y el Señor respondió: «Soy Jesús, a quien tú persigues.

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