10. Pablo respondió:—Apelo al tribunal del emperador, que es donde debo ser juzgado. No he cometido ningún delito contra los judíos, como tú bien sabes.
11. Si verdaderamente soy culpable y he cometido alguna acción que me haga reo de muerte, no me niego a morir. Pero si los cargos que se me hacen carecen de fundamento, nadie puede entregarme a los judíos. Apelo, pues, al emperador.
12. Festo cambió impresiones con sus consejeros y respondió:—Al emperador has apelado, al emperador irás.
13. Transcurridos unos días, llegaron a Cesarea el rey Agripa y Berenice para saludar a Festo.