19. El comandante lo tomó de la mano, lo llevó aparte y le preguntó:—¿Qué quieres decirme?
20. El muchacho se explicó así:—Los judíos han acordado pedirte que mañana lleves a Pablo ante el Consejo Supremo con la excusa de obtener datos más precisos sobre él.
21. Pero no les creas, pues más de cuarenta de ellos van a tenderle una emboscada y han jurado solemnemente no comer ni beber hasta matarlo. Ya están preparados y solo esperan tu respuesta.
22. El comandante despidió al muchacho, advirtiéndole:—No digas a nadie que me has informado sobre este asunto.
23. Seguidamente llamó a dos oficiales y les dio estas instrucciones:—Hay que salir para Cesarea* a partir de las nueve de la noche. Tengan preparada al efecto una escolta compuesta por doscientos soldados de infantería, setenta de caballería y doscientos lanceros.
24. Preparen también cabalgadura para Pablo y llévenlo sano y salvo ante Félix, el gobernador.
25. Entre tanto, él escribió una carta en los siguientes términos:
26. «De Claudio Lisias al excelentísimo gobernador Félix. Salud.
27. El hombre que te envío fue apresado por los judíos. Cuando estaban a punto de matarlo, intervine militarmente y lo libré, pues tuve conocimiento de que era ciudadano romano.
28. Queriendo luego averiguar en qué se basaban las denuncias formuladas contra él, hice que compareciera ante su Consejo Supremo.