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Hechos 12:9-18 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

9. Pedro fue tras él, sin saber con certeza si lo del ángel era o no real; a él le parecía todo un sueño.

10. Pasaron el primer puesto de guardia, luego el segundo y, por fin, llegaron a la puerta de hierro que daba a la calle, la cual se abrió sola ante ellos. Ya en el exterior, caminaron un trecho y, sin más, el ángel desapareció de su lado.

11. Pedro entonces volvió en sí y exclamó:—Ahora me doy cuenta de que el Señor ha enviado su ángel para librarme de las garras de Herodes y de la trama organizada contra mí por el pueblo judío.

12. Después de orientarse, se encaminó hacia la casa de María, la madre de Juan, por sobrenombre Marcos, donde había muchas personas reunidas en oración.

13. Llamó a la puerta principal; una joven sirviente llamada Rode se acercó a ver quién era

14. y, al reconocer la voz de Pedro, se puso tan alegre que, en lugar de abrir la puerta, corrió al interior para avisar que Pedro estaba en el zaguán.

15. —¡Estás loca! —le respondieron.Como ella insistía en que era cierto, comentaron:—Debe de ser su ángel.

16. Mientras tanto, Pedro continuaba llamando. Cuando al fin abrieron y vieron que era él, quedaron atónitos.

17. Él les hizo señas de que guardaran silencio y les refirió cómo el Señor le había sacado de la cárcel. Y concluyó diciendo:—Comuníquenselo a Santiago y a los otros hermanos.Seguidamente partió hacia otro lugar.

18. No fue pequeña la confusión que hubo al día siguiente entre los soldados respecto al paradero de Pedro.

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