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Hechos 10:2-19 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

2. Era hombre religioso y, junto con su familia*, rendía culto al Dios verdadero. Ayudaba generosamente con sus limosnas al pueblo necesitado y oraba a Dios continuamente.

3. Un día, sobre las tres de la tarde*, tuvo una visión en la que vio claramente a un ángel de Dios que se dirigió a él y le dijo:—¡Cornelio!

4. Atemorizado, miró fijamente al ángel y le preguntó:—¿Qué quieres, Señor?El ángel le contestó:—Dios ha tomado en consideración tus oraciones y tus limosnas.

5. Por tanto, envía enseguida alguien a Jope que haga venir aquí a un tal Simón, a quien se conoce también como Pedro.

6. Actualmente está hospedado en casa de otro Simón, un curtidor que vive junto al mar.

7. Apenas salió el ángel que le había hablado, Cornelio llamó a dos criados y a uno de sus soldados asistentes que era hombre religioso,

8. los puso en antecedentes de todo lo ocurrido y los mandó a Jope.

9. Al día siguiente, mientras los enviados iban aún de camino, ya cerca de la ciudad, Pedro subió a la terraza para orar a eso del mediodía.

10. De pronto, sintió hambre y quiso comer algo. Estaban preparándoselo, cuando cayó en éxtasis

11. y vio que el cielo se abría y que algo así como un enorme mantel descendía, colgado de sus cuatro puntas, y se posaba sobre la tierra.

12. Había en él toda clase de cuadrúpedos, reptiles y aves.

13. Y oyó una voz que le decía:—¡Anda, Pedro, mata y come!

14. —De ninguna manera, Señor —respondió Pedro—. Jamás he comido nada profano o impuro.

15. La voz se oyó por segunda vez:—Lo que Dios ha purificado, no lo consideres tú profano.

16. Esto se repitió hasta tres veces y, a continuación, aquel objeto fue subido al cielo.

17. Estaba Pedro perplejo preguntándose qué significado tendría la visión, cuando los enviados de Cornelio, tras averiguar dónde estaba la casa de Simón, se presentaron a la puerta

18. y preguntaron en voz alta:—¿Se aloja aquí Simón, al que llaman Pedro?

19. Entonces el Espíritu dijo a Pedro, que seguía preguntándose intrigado por el sentido de la visión:—Ahí abajo hay tres hombres que te buscan.

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