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Hebreos 6:12-20 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

12. Y no sean perezosos; antes bien, imiten a quienes, mediante la fe y la constancia, están a punto de heredar las promesas divinas.

13. En efecto, cuando Dios hizo la promesa a Abrahán, al no tener otro más grande por quien jurar, juró por sí mismo diciendo:

14. Te colmaré de bendiciones y haré innumerable tu descendencia.

15. Abrahán, por su parte, gracias a su paciente esperanza, alcanzó la promesa.

16. Los hombres, cuando juran, lo hacen por uno superior a ellos y, una vez interpuesto el juramento como garantía, ya no hay más que discutir.

17. Igualmente, queriendo Dios asegurar a los herederos de la promesa que su decisión era irrevocable, interpuso un juramento.

18. Ofrecía así dos garantías, ambas irrevocables, porque Dios no puede engañar, y proporcionaba un poderoso consuelo a quienes se refugiaban en él para mantener la esperanza a que estamos destinados.

19. Una esperanza que es para nuestra vida como un ancla firme y segura, y que penetra hasta lo más interior del santuario,

20. adonde, abriéndonos camino, ya ha entrado Jesús, constituido sumo sacerdote para siempre según el rango de Melquisedec.

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