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Hebreos 3:6-19 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

6. Cristo, en cambio, como Hijo que es, está al frente de la casa de Dios. Una casa que somos nosotros mientras mantengamos la confianza y la ilusión que nace de la esperanza.

7. Por eso, como dice el Espíritu Santo: Cuando hoy escuchen la voz del Señor,

8. no cierren herméticamente el corazón, como hicieron los que se rebelaron en el desierto el día de la prueba .

9. Allí fue donde los antepasados de ustedes intentaron ponerme a prueba a pesar de haber experimentado mis maravillas

10. durante cuarenta años. Por eso me indigné contra aquella gente y exclamé: «Tienen siempre el corazón extraviado y nunca han seguido mis caminos».

11. No entrarán, pues, en mi descanso, tal como lo juré lleno de enojo.

12. Procuren, hermanos, que ninguno de ustedes tenga un corazón incrédulo y perverso que lo aparte del Dios viviente.

13. Más bien exhórtense unos a otros día tras día mientras dura ese «hoy», para que la seducción del pecado no endurezca sus conciencias.

14. Porque solo si mantenemos firme hasta el fin la confianza del principio, compartiremos la suerte de Cristo.

15. Es lo que se nos dice: Cuando hoy escuchen la voz del Señor, no cierren herméticamente el corazón, como hicieron los que se rebelaron.

16. ¿Y quiénes fueron los que, habiendo escuchado la voz del Señor, se rebelaron? ¿No fueron acaso todos los que habían salido de Egipto guiados por Moisés?

17. Y ¿contra quiénes se indignó el Señor a lo largo de aquellos cuarenta años? Está claro que contra quienes pecaron, y por eso sus cadáveres quedaron tendidos en el desierto.

18. Y ¿a quiénes, sino a los rebeldes, aseguró con juramento que no entrarían en su descanso?

19. Vemos, efectivamente, que no pudieron entrar por falta de fe.

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