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Hebreos 3:1-12 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

1. Por tanto, hermanos creyentes* que comparten un mismo llamamiento celestial, no pierdan de vista a quien ha sido enviado como sumo sacerdote de la fe que profesamos. Me refiero a Jesús,

2. modelo de fidelidad* al que Dios constituyó en tal cargo, como lo fue también Moisés en todo lo referente a la casa de Dios.

3. Pero Jesús se ha hecho acreedor a una gloria más excelsa que la de Moisés, por cuanto al constructor de una casa le corresponde un honor mayor que a la casa construida.

4. Toda casa, en efecto, tiene su constructor; y el constructor del universo es Dios.

5. En cuanto a Moisés, fue ciertamente fiel en todo lo tocante a la casa de Dios, aunque solo como un siervo encargado de atestiguar lo que Dios iba a decir.

6. Cristo, en cambio, como Hijo que es, está al frente de la casa de Dios. Una casa que somos nosotros mientras mantengamos la confianza y la ilusión que nace de la esperanza.

7. Por eso, como dice el Espíritu Santo: Cuando hoy escuchen la voz del Señor,

8. no cierren herméticamente el corazón, como hicieron los que se rebelaron en el desierto el día de la prueba .

9. Allí fue donde los antepasados de ustedes intentaron ponerme a prueba a pesar de haber experimentado mis maravillas

10. durante cuarenta años. Por eso me indigné contra aquella gente y exclamé: «Tienen siempre el corazón extraviado y nunca han seguido mis caminos».

11. No entrarán, pues, en mi descanso, tal como lo juré lleno de enojo.

12. Procuren, hermanos, que ninguno de ustedes tenga un corazón incrédulo y perverso que lo aparte del Dios viviente.

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