Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Hebreos 10:8-14 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

8. En primer lugar dice que no has querido ni han sido de tu agrado las ofrendas, los sacrificios, los holocaustos y las víctimas expiatorias —cosas todas que se ofrecen de acuerdo con la ley—.

9. Y a continuación añade: Aquí vengo yo para hacer tu voluntad, con lo que deroga la primera disposición y confiere validez a la segunda.

10. Y al haber cumplido Jesucristo la voluntad de Dios, ofreciendo su propio cuerpo una vez por todas, nosotros hemos quedado consagrados a Dios.

11. Cualquier otro sacerdote desempeña cada día su ministerio ofreciendo una y otra vez los mismos sacrificios que son incapaces de borrar definitivamente los pecados.

12. Cristo, en cambio, después de ofrecer de una vez para siempre* un solo sacrificio por el pecado, está sentado junto a Dios.

13. Espera únicamente que Dios ponga a sus enemigos por estrado de sus pies.

14. Y así, ofreciéndose en sacrificio una única vez, ha hecho perfectos de una vez para siempre a cuantos han sido consagrados a Dios.

Leer capítulo completo Hebreos 10