3. Ayúdalas tú también, fiel compañero* ya que lucharon conmigo por la causa del mensaje evangélico, junto con Clemente y el resto de mis colaboradores, cuyos nombres están escritos en el libro de la vida.
4. Vivan siempre alegres en el Señor. Otra vez se lo digo: vivan con alegría.
5. Que todo el mundo los reconozca por su bondad. El Señor está a punto de llegar.
6. Nada debe angustiarlos; al contrario, en cualquier situación, presenten a Dios su deseos, acompañando sus oraciones y súplicas con un corazón agradecido.
7. Y la paz de Dios, que desborda toda inteligencia, guardará sus corazones y sus pensamientos por medio de Cristo Jesús.