Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Efesios 5:24-33 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

24. Si, pues, la Iglesia es dócil a Cristo, séanlo también, y sin reserva alguna, las mujeres a sus maridos.

25. Ustedes, los maridos, amen a sus esposas, como Cristo amó a la Iglesia. Por ella entregó su vida

26. a fin de consagrarla a Dios, purificándola por medio del agua y la palabra.

27. Se preparó así una Iglesia radiante, sin mancha, ni arruga, ni nada semejante; una Iglesia santa e inmaculada.

28. Este es el modelo según el cual los maridos deben amar a sus esposas, como cuerpos suyos que son. El que ama a su esposa, a sí mismo se ama.

29. Pues nadie ha odiado jamás a su propio cuerpo; todo lo contrario, lo cuida y alimenta. Es lo que hace Cristo con su Iglesia,

30. que es su cuerpo, del cual todos nosotros somos miembros.

31. Por esta razón —dice la Escritura— dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y ambos llegarán a ser como una sola persona.

32. Es grande la verdad aquí encerrada, y yo la pongo en relación con Cristo y con la Iglesia.

33. En resumen, que cada uno de ustedes ame a su esposa como a sí mismo, y que la esposa sea respetuosa con su marido.

Leer capítulo completo Efesios 5